5 comentarios en «Restaurantes en Medellín | Restaurante Gabo.mde Poblado | TuTierra.net»
– La comida fue increíble, desde la recomendación para las entradas hasta los platos fuertes.
– los cocktails de autor y de la casa fueron increíblemente acompañados de experiencias e historia.
– el servicio de los meseros es indescriptible, conocen los productos, sus recomendaciones son acertadas y son muy muy muy gentiles.
– el ambiente, la iluminación son perfectas, desde una perspectiva más personal, yo prefiero los lugares con música un poco más baja, pero cabe aclarar que no es fuerte.
Los cócteles de Gabo estuvieron increíbles, las entradas y mi plato fuerte, recomendé que el hogao del pescado blanco estuvo un poco Salado y me regalaron un postrecito, las chicas muy amables el servicio muy rápido, sabores muy originales, volveré con mis hijos! Los cócteles Crónicas de una muerte anunciada, Mis putas tristes, Macondo y Old fashioned guayaba deliciosos
El lugar es bonito, cómodo y fresco. La comida estuvo increíble. Tuvimos la oportunidad de probar diferentes platos y wow. De resaltar, la posta cartagenera: suave, en el punto perfecto de cocción y sabor; el sabor estaba en el punto de dulce justo y muy bien modulado con los otros sabores.
Los platos presentados de forma muy bonita.
Todos los meseros estuvieron súper pendientes de nosotros, fueron muy atentos, amables y cordiales.
Los precios me parecieron justos y las porciones adecuadas.
El restaurante tiene un ambiente super agradable y la atención es de primera.
Los cócteles, con nombres que evocan los libros de Gabo, son muy buenos.
La comida es rica y muy bien presentada.
Excelente cena en el Restaurante Gabo de El Poblado. El servicio y la atención de Mateo y sus colegas fue lo mejor. Los cocteles estuvieron geniales, con puros sabores colombianos. La comida exquisita, con porciones generosas sin perder elegancia. El ambiente acogedor y tranquilo. En la suma, altamente recomendado por platos creativos y excelente personal. Nuestra única desilusión fue el no poder adquirir una de las camisas que visten con orgullo los meseros. Oportunidad de ingreso perdida.
– La comida fue increíble, desde la recomendación para las entradas hasta los platos fuertes.
– los cocktails de autor y de la casa fueron increíblemente acompañados de experiencias e historia.
– el servicio de los meseros es indescriptible, conocen los productos, sus recomendaciones son acertadas y son muy muy muy gentiles.
– el ambiente, la iluminación son perfectas, desde una perspectiva más personal, yo prefiero los lugares con música un poco más baja, pero cabe aclarar que no es fuerte.
Los cócteles de Gabo estuvieron increíbles, las entradas y mi plato fuerte, recomendé que el hogao del pescado blanco estuvo un poco Salado y me regalaron un postrecito, las chicas muy amables el servicio muy rápido, sabores muy originales, volveré con mis hijos! Los cócteles Crónicas de una muerte anunciada, Mis putas tristes, Macondo y Old fashioned guayaba deliciosos
El lugar es bonito, cómodo y fresco. La comida estuvo increíble. Tuvimos la oportunidad de probar diferentes platos y wow. De resaltar, la posta cartagenera: suave, en el punto perfecto de cocción y sabor; el sabor estaba en el punto de dulce justo y muy bien modulado con los otros sabores.
Los platos presentados de forma muy bonita.
Todos los meseros estuvieron súper pendientes de nosotros, fueron muy atentos, amables y cordiales.
Los precios me parecieron justos y las porciones adecuadas.
El restaurante tiene un ambiente super agradable y la atención es de primera.
Los cócteles, con nombres que evocan los libros de Gabo, son muy buenos.
La comida es rica y muy bien presentada.
Excelente cena en el Restaurante Gabo de El Poblado. El servicio y la atención de Mateo y sus colegas fue lo mejor. Los cocteles estuvieron geniales, con puros sabores colombianos. La comida exquisita, con porciones generosas sin perder elegancia. El ambiente acogedor y tranquilo. En la suma, altamente recomendado por platos creativos y excelente personal. Nuestra única desilusión fue el no poder adquirir una de las camisas que visten con orgullo los meseros. Oportunidad de ingreso perdida.