5 comentarios en «Restaurantes en Manizales | Vino Y Pimienta | TuTierra.net»
Restaurante al que no pienso volver en la vida.
Su mayor «valor» está en una atmósfera excluyente y juzgona que se nota desde el que te recibe en la entrada. Esto es valioso para cierto grupo de personas locales, pero para un cliente real que va por la comida o un turista, es un elemento en contra.
La comida no tiene nada de especial. El servicio, ya dentro, sí (tiene que serlo: sus comensales son todos políticos, empresarios o relacionados). Para los demás, creo que hasta escribir la reseña es perder el tiempo
El postre sí que hijuemadre decepción: el ‘Turron de la casa’ es un bloque de helado de vainilla de dudosa calidad con trozos de maní asperjados aleatoriamente y una cubierta blanca sin sabor 😵💫 pocas alternativas se me ocurren que, siendo tan fat, no tengan sabor de nada (un tarro de aceite de cocina?)
Visité Vino y Pimienta motivado por la expectativa y el boca a boca que lo posiciona como uno de los mejores restaurantes de Manizales, incluso el mejor para algunas personas. Sin embargo, mi experiencia no cumplió con esas altas expectativas.
Al llegar, un mesero nos recibió y nos ofreció bebidas. Poco después, el chef se acercó a nuestra mesa para preguntarnos qué queríamos comer y darnos recomendaciones que parecían muy personalizadas. Sin embargo, al observar los platos de las pocas mesas ocupadas, notamos que todos servían más o menos lo mismo. Nunca vimos la carta ni supimos los precios de los platos.
De las recomendaciones del chef, hubo más decepciones que aciertos. Por ejemplo, el codillo de cerdo estaba frío por dentro y caliente por fuera, servido sobre un puré de plátano tibio, dando la impresión de que el plato había sido recalentado. Otro recomendado fue un plato de mariscos con salsa de chontaduro, que debo admitir estaba delicioso, pero la porción era muy pequeña. El risotto, en cambio, me pareció insípido y básico, con apenas unos camarones por encima, y el plato recomendado de espaguetis no tenía nada destacable.
Además, las porciones en general fueron bastante reducidas; incluso después de comer entradas y postres, seguimos con hambre. Esto, sumado a la falta de innovación en la propuesta gastronómica, me dejó un sabor amargo. Aunque se habla mucho del restaurante y su chef, la experiencia no ofreció nada nuevo ni memorable. La salsa de chontaduro fue lo único que resaltó, pero hoy en día muchos otros restaurantes también están incorporando productos locales y típicos en sus menús.
El lugar, en cuanto a ambiente, tampoco tiene una estética ni un carácter propio; es un espacio más, sin nada que lo haga sobresalir. Eso sí, la atención fue muy personalizada y agradable, un punto a favor dentro de una experiencia que, en general, dejó mucho que desear.
Finalmente, el precio que pagamos por la cena de cuatro personas fue muy alto para lo que recibimos, lo que hizo aún más evidente la desconexión entre la expectativa y la realidad. Nos fuimos con la sensación de haber pagado mucho por una experiencia que no estuvo a la altura ni en calidad ni en cantidad.
Si vienen a Manizales deben venir a este restaurante. Es increíble 🤯 la atención es muy buena, el chef es excelente, arma tu plato como tú quieras. El sabor es espectacular.
La experiencia que se vive es muy agradable. Eso si, siempre hay que reservar mesa antes de ir, pero vale totalmente la pena ✨
Rodó es 10/10
Wow! Este restaurante entra a mi lista de favoritos, que por ahora solo tiene 3 lugares.
La comida es absolutamente deliciosa y de excelente calidad. Recomendadisimo El atún en cama de vegetales salteados o en cama de pasta corta en salsa de queso. La coción del atún no la he probado en otro restaurante, es delicada, perfecta, delicioso. Tanto la pasta como los vegetales son en la cantidas apropiada y el sabor sútil perfecto para acompañar el atún.
El servicio es muy agradable, siempre están pendientes de las mesas, siempre llenan los vasos con agua, el chef se acerca a explicarte el menú y hacer recomendaciones. Mientras comíamos notamos que tan pronto como unos clientes salieron, los manteles de la mesa fueron cambiamos, todo es impecable.
La atmósfera maravillosa, con música suave tipo jazz acompañando las comidas.
Este restaurante es un «must» en Manizales. Sí alguien busca comida de calidad, este es el sitio.
Restaurante al que no pienso volver en la vida.
Su mayor «valor» está en una atmósfera excluyente y juzgona que se nota desde el que te recibe en la entrada. Esto es valioso para cierto grupo de personas locales, pero para un cliente real que va por la comida o un turista, es un elemento en contra.
La comida no tiene nada de especial. El servicio, ya dentro, sí (tiene que serlo: sus comensales son todos políticos, empresarios o relacionados). Para los demás, creo que hasta escribir la reseña es perder el tiempo
El postre sí que hijuemadre decepción: el ‘Turron de la casa’ es un bloque de helado de vainilla de dudosa calidad con trozos de maní asperjados aleatoriamente y una cubierta blanca sin sabor 😵💫 pocas alternativas se me ocurren que, siendo tan fat, no tengan sabor de nada (un tarro de aceite de cocina?)
Visité Vino y Pimienta motivado por la expectativa y el boca a boca que lo posiciona como uno de los mejores restaurantes de Manizales, incluso el mejor para algunas personas. Sin embargo, mi experiencia no cumplió con esas altas expectativas.
Al llegar, un mesero nos recibió y nos ofreció bebidas. Poco después, el chef se acercó a nuestra mesa para preguntarnos qué queríamos comer y darnos recomendaciones que parecían muy personalizadas. Sin embargo, al observar los platos de las pocas mesas ocupadas, notamos que todos servían más o menos lo mismo. Nunca vimos la carta ni supimos los precios de los platos.
De las recomendaciones del chef, hubo más decepciones que aciertos. Por ejemplo, el codillo de cerdo estaba frío por dentro y caliente por fuera, servido sobre un puré de plátano tibio, dando la impresión de que el plato había sido recalentado. Otro recomendado fue un plato de mariscos con salsa de chontaduro, que debo admitir estaba delicioso, pero la porción era muy pequeña. El risotto, en cambio, me pareció insípido y básico, con apenas unos camarones por encima, y el plato recomendado de espaguetis no tenía nada destacable.
Además, las porciones en general fueron bastante reducidas; incluso después de comer entradas y postres, seguimos con hambre. Esto, sumado a la falta de innovación en la propuesta gastronómica, me dejó un sabor amargo. Aunque se habla mucho del restaurante y su chef, la experiencia no ofreció nada nuevo ni memorable. La salsa de chontaduro fue lo único que resaltó, pero hoy en día muchos otros restaurantes también están incorporando productos locales y típicos en sus menús.
El lugar, en cuanto a ambiente, tampoco tiene una estética ni un carácter propio; es un espacio más, sin nada que lo haga sobresalir. Eso sí, la atención fue muy personalizada y agradable, un punto a favor dentro de una experiencia que, en general, dejó mucho que desear.
Finalmente, el precio que pagamos por la cena de cuatro personas fue muy alto para lo que recibimos, lo que hizo aún más evidente la desconexión entre la expectativa y la realidad. Nos fuimos con la sensación de haber pagado mucho por una experiencia que no estuvo a la altura ni en calidad ni en cantidad.
Deliciosa la comida, la atención de su personal y su recomendación es excelente
Si vienen a Manizales deben venir a este restaurante. Es increíble 🤯 la atención es muy buena, el chef es excelente, arma tu plato como tú quieras. El sabor es espectacular.
La experiencia que se vive es muy agradable. Eso si, siempre hay que reservar mesa antes de ir, pero vale totalmente la pena ✨
Rodó es 10/10
Wow! Este restaurante entra a mi lista de favoritos, que por ahora solo tiene 3 lugares.
La comida es absolutamente deliciosa y de excelente calidad. Recomendadisimo El atún en cama de vegetales salteados o en cama de pasta corta en salsa de queso. La coción del atún no la he probado en otro restaurante, es delicada, perfecta, delicioso. Tanto la pasta como los vegetales son en la cantidas apropiada y el sabor sútil perfecto para acompañar el atún.
El servicio es muy agradable, siempre están pendientes de las mesas, siempre llenan los vasos con agua, el chef se acerca a explicarte el menú y hacer recomendaciones. Mientras comíamos notamos que tan pronto como unos clientes salieron, los manteles de la mesa fueron cambiamos, todo es impecable.
La atmósfera maravillosa, con música suave tipo jazz acompañando las comidas.
Este restaurante es un «must» en Manizales. Sí alguien busca comida de calidad, este es el sitio.